9. UNAMUNO, SU LEAL AMIGO (1928-1930)

Miguel de Unamuno . arch. fot. Museo Bellas Artes de Alava- Fotografia Archivo Moreno (movible)
Unamuno en el estudio de Juan de Echevarria

9.1 CENTENARIO DE GOYA EN EL MUSEO DEL PRADO. EN TORNO A GOYA

Juan de Echevarria 1928

Coincidiendo con la Gran Semana Vasca de San Sebastián en junio de 1928,  la Asociación de Artistas Vascos abría al público una importante exposición de arte moderno en el Gran Casino de la capital donostiarra. En su amplio local  eran exhibidas más de doscientas obras de los creadores vascos, entre los cuales Echevarria colgaba siete cuadros, destacando sus floreros y naturalezas muertas.  Pero además, se le proponía  que diera una conferencia en torno a la figura  de Goya al igual que lo había hecho con anterioridad en la capital madrileña.

Sin lugar a dudas, mil novecientos veintiocho supuso una fecha eminente en el acontecer artístico español, ya que se conmemoraba con una notable celebra­ción el centenario del fallecimiento de Francisco de Goya y Lucien­tes. Distintas exposiciones relativas a la figura y la obra de este indiscutible maestro del arte universal se coordinaron a un mismo tiempo en Madrid. En el Museo del Prado se preparó una extensa muestra antoló­gica con numerosos lienzos del artista acompañada de  sus conocidos cartones para los tapices y de una magnífica colección de dibujos , una mayoría  de los cuales eran propiedad del  Museo del Prado. Al mismo tiempo, en el Palacio de la Biblioteca Nacional se exhibía una interesante colección de grabados organizada por el Salón de los Amigos del Arte.

Des­pués de haber transcurrido un siglo, Goya permanecía siendo un inelu­di­ble foco de atención artística en el marco internacional. Con la presencia del  rey Alfonso XIII  se inauguraba en abril la conmemoración de su centenario  junto a las máximas personalidades del ámbito político y cultural como el presidente  del Consejo, Conde de Romanones, el duque de Alba, el ministro de Instrucción Pública, señor Callejo y los académicos Menéndez Pidal, Sánchez Cantón, Francés etc. Numerosos directores de museos  extranjeros asistieron procedentes de Berlín, Copenhague, Ámsterdam, Bayona, Louvre y Roma .

Dentro del coleccionismo privado una buena parte de la obra procedía de la aristocracia española , la cual ponía a disposición de los organizadores algunos de los cuadros más emblemáticos del artista aragonés. El rey, Alfonso XIII, envió un retrato de  “ El rey Carlos IV”  y de su mujer “ La reina Mª Luisa” , el Marqués de San Adrián el retrato del “El Marqués de San Adrián” , la Duquesa de Talavera el retrato de “La Marquesa de Santa Cruz” , los Duques de Sueca el retrato de “La Condesa de Chinchón” , así también se exhibieron algunos cuadros pequeños de los Marqueses  de la Romana y distintos óleos de temas campestres procedentes de los Duques de Osuna.

9.1-dibujo-ABC-1928

Dibujo de Ángel de la Fuente

En esos mismos días, Echevarria, admirador y estudioso de su obra, era invitado por la Residencia de Estudiantes madrileña a fin de dar una conferencia acerca de su pintura, a la que tituló “ El españolismo y la herencia artística de Goya”.  Una amplia disertación que salía  publicada en  dos extensos artícu­los  en El Sol bajo el título “El españolis­mo de Goya”.

A finales de este mismo año (1928), después de la considerable repercusión  lograda por las distintas muestras goyescas en nuestro país, se decidió preparar otra exposición de pintura y escultura española de cara al extranjero, con el fin de dar a conocer la evolución del arte español desde el tiempo de Goya hasta esos días.  La nutrida exposición, inaugurada en la  Academy de Londres, obtuvo tal éxito que llegó a  tener  carácter itinerante, trasladándose  en adelante por los Países Bajos y otros países de  Europa.  Así pues, el Museo de Bellas Artes de Bélgi­ca  , la ciudad holandesa de la Haya  (Gale­ría “Pulcri Stu­dio”),  Ams­ter­dam formaron parte del recorrido europeo, en donde participaron Echevarria junto a un amplio grupo de artistas, representantes del devenir de la pintura española  a lo largo del siglo XIX hasta las primeras tendencias del arte  en los albores del siglo XX .

De alguna manera, se pretendía  desterrar la manida idea del exagerado dramatismo de la España Negra, o por el contrario de esa otra imagen simplista de la España superficial de luces y pandereta, ofreciendo otra visión  de la pintura moderna española. En países como Holanda, además se aprovechó para llevar a cabo la celebración de una semana española, organizada por dos entidades españolistas, en la que se dieron cita distintas conferencias, conciertos, y todo tipo de actos dedicados al arte español.